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Cambia la mirada y podrás saltar los obstáculos

No sé si te habrás fijado, pero cuánto más sonríes a lo largo del día, mayor es tu optimismo y positividad y por ende, atraes más “cosas buenas”. Muchas veces no sabemos cuánto nos puede ayudar una sonrisa en el día a día.

La energía existe, es algo que está entre nosotros y según seamos podemos atraer la positiva o negativa. Si somos optimistas, no nos rendiremos antes las adversidades y siempre propondremos soluciones frente a éstas, atrayendo así, energía positiva. De lo contrario, si nos obcecamos en ver lo malo de las cosas, entonces hablaremos de energía negativa.

Para que una empresa o persona tenga éxito, es necesario tener energía positiva, manejar las dificultades y poner soluciones evitando los obstáculos, lo que no quiere decir que no haya obstáculos, siempre los hay, pero nosotros somos los que decidimos dónde poner el foco, si en esos obstáculos o en la solución para superarlo. Te animo a que pruebes esto, cuando te encuentres con una dificultad, bien en tu empresa o en tu vida personal, no te centres en lo que ha pasado sino en la solución o aprendizaje positivo que te pueden llevar.

Puede que pienses que esto no es tan fácil, y es cierto, no obstante, es cuestión de ACTITUD. Es muy importante que tengas una ACTITUD POSITIVA y OPTIMISTA para que emerja lo “positivo” de algo, que en un principio, no lo parece.

Aquí te dejo unas pautas que seguro te ayudarán a encontrar el lado positivo de las cosas cuando te encuentres con una dificultad:

  1. Piensa PARA QUÉ me puede haber pasado esto. Un ejemplo: me da un lumbago tremendo que me impide irme de vacaciones este verano. Esto me puede suceder PARA QUE tome conciencia de la necesidad de ejercicio que tiene mi cuerpo y/o descanso.
  2. Ahora hay que ver qué puedo APRENDER. Siguiendo el ejemplo anterior: he aprendido que es bueno hacer ejercicio para mantenerme en buena forma y desconectar, para así, prevenir los dolores musculares y de articulaciones.
  3. Para finalizar, pongo el FOCO en la solución o posibles soluciones. Continuamos con el ejemplo: en cuanto me recupere del lumbago, voy a hacer ejercicio durante 45 minutos todos los martes y jueves desde las 21.30 de la noche, descansaré en el sofá hasta que me vaya a la cama y durante estas vacaciones voy a salir a caminar todos los días. De este modo, quizás pueda disfrutar la segunda semana de vacaciones fuera de casa.

Obstáculos y dificultades, con ello tenemos que convivir. Por ello, FOCALIZA en lo POSITIVO, con una SONRISA y siempre PENSANDO QUE SÍ HAY SOLUCIÓN, por tanto, si hay solución, el obstáculo o dificultad no lo es tanto.

Dejo la siguiente frase para tu reflexión, ¡disfrútala!:

“La vida tiene su lado sombrío y su lado brillante; de nosotros depende elegir el que más nos plazca.” Samuel Smiles

Cristina González Manzano

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Piensa diferente y notarás el cambio

Cada uno entiende la felicidad de diferentes formas. Para unos, la felicidad es tener mucho dinero para comprarse todos los caprichos que desea, para otros es tener salud, para otros tener amor, para otros tener una familia numerosa, etc. Sin embargo, lo que todas estas formas de felicidad tienen en común es el concepto, el concepto de sonreír cada día y disfrutar de la vida sin importar la forma en que seamos felices.

En la felicidad influyen directamente los pensamientos. Existen diferentes clasificaciones de pensamientos, sin embargo, vamos a centrarnos en una muy sencilla y clarificadora.

Diferenciamos los pensamientos en 4: los necesarios, los positivos, los inútiles y los negativos. Los necesarios son los que tenemos en el día a día como “¿qué desayuno hoy?” “¿qué hago después del trabajo”. Los positivos son los que nos ayudan a salir de situaciones difíciles. Esto no significa que dejemos de ver con claridad sino que somos capaces de ver la “mejor cara” de lo que nos ha sucedido. Por otro lado están los pensamientos inútiles, éstos no son ni constructivos ni negativos, aunque es cierto que aminoran nuestras fuerzas si son continuos.

Además, tienen la característica de que son pensamientos del pasado y del futuro pero no se centran en el presente. Por ejemplo “¿por qué no lo hice…? ¿Qué haré cuando…?”. Y por último están los pensamientos negativos. Éstos son los más perjudiciales, tanto para nosotros mismos como para la gente que nos rodea. Estos pensamientos se basan en el rencor, la ira, celos, insatisfacciones… y son nuestros mayores saboteadores.

Otra clasificación de pensamientos.

En muchas ocasiones a lo largo del día nos cuenta sonreír, ser positivos y mirar las cosas con optimismo pues pensamos que son circunstancias externas a nosotros las que nos hacen sentir malestar y no podemos hacer nada contra ellas. Pues bien, la realidad es que sí que depende de nosotros y podemos actuar frente a esas circunstancias.

Veamos un ejemplo: El jefe de Ana le ha dicho que el informe que le remitió no estaba correcto, ni en el formato ni en los contenidos. El tono que emplea su jefe es normal, en ningún momento eleva la voz. Opciones que tiene Ana (entre otras):

– Opción 1: Decirse “me ha jorobado el día” “no le soporto” “siempre está igual” “me regaña educadamente y no me dice cómo hacerlo bien”

– Opción 2: Preguntarse “¿por qué me dirá que está incorrecto el informe?” “¿cómo lo puedo mejorar para la próxima?” “quiero aprender a hacerlo mejor” “voy a preguntarle cómo lo quiere”

– Opción 3: Decirse “esto ha sido el empujón que necesitaba para hacer lo que yo realmente quiero” “quiero salir de aquí y hacer otras cosas diferentes que sí que me gusten y con las que disfrute”

¿Qué opción tomarías tú si fueras Ana? ¿Qué opción sueles tomar cuando te sucede algo parecido?

La primera opción es la que muchos de nosotros escogeríamos. Sin embargo, que te parece si a partir de ahora optas por opciones como la 2 o la 3. Nosotros somos quienes tenemos la llave de nuestros estados de ánimo. Pensar en positivo, mirando así las cosas desde un punto de vista optimista es una de las mejores claves para afrontar del día a día y ser feliz. Cada cosa que nos suceda, verla con otros ojos, desde la perspectiva del aprendizaje y del “¿qué parte positiva tiene esto?” “¿qué puedo aprender?”, empleando los pensamientos positivos. Es normal que haya cosas que de primeras te enfaden, pero una vez pasados los primeros momentos, puedes relajarte y pensar desde este otro punto de vista, poniendo el foco en lo “bueno” o “positivo” de lo que te ha sucedido.

Te dejo esta bonita frase que me envió una amiga y guardé en mi cajón de perlas:

Cristina González Manzano

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Acciones para conseguir todo lo que te propongas

En esta vida tenemos que ser felices haciendo lo que realmente nos gusta o apasiona, y cómo trabajar es necesario para vivir, qué mejor que “intentar” (y lo pongo entre comillas porque no se trata de intentar sino de hacer) formarse para desarrollar la profesión con la que nos sintamos felices.

Un profesor que tuve de física y química en el instituto, siempre nos decía: “si quieres ser carpintero, ¡estupendo!, pero quiere ser el mejor carpintero del mundo, esfuérzate por hacerlo cada día mejor, por aprender las nuevas técnicas, busca crecer…” Esta frase se me quedó grabada. La misión era descubrir dónde quería llegar y luego, luchar por ese sueño.

Ahora, muchos pensaréis cosas como: “claro, pero según está el mercado, a mí me encantaría, pero no me contratan de lo que me gustaría…”. Y sí, estoy de acuerdo, en muchos casos las personas no tienen las oportunidades que merecen. No obstante, si nos empeñamos en algo y luchamos por conseguirlo día tras día y año tras año, lo conseguiremos. Y esto nadie me lo quitará de la cabeza, porque nadie dijo que esto fuera fácil pero tampoco nadie dijo que fuera imposible. Que lloraremos, sí, que echaremos pestes por la boca en muchos momentos, quizás, pero lo más importante, ser positivos e insistir sin cesar hasta conseguirlo. Y para ello… un PLAN DE ACCIÓN, no hay objetivos logrados sin esto.

Una vez tenemos el plan de acción diseñado, hay que ponerse manos a la obra, y es entonces cuando tenemos que tener en cuenta lo siguiente:

1. Cada día seguiré los pasos marcados “estrictamente”, es decir, siempre seré flexible. No obstante, las tareas marcadas las realizaré, y si un día dejé una por hacer, ésta será hecha al día siguiente sin falta.

2. Evitaré cualquier situación que me desvíe de mi objetivo. Puntualmente no pasa nada, pero es importante centrarse y saber qué cosas pueden hacer que no llegue a la meta.

3. El día que me levante sin fuerzas y desmotivado, cerraré por un momento los ojos y pensaré en lo que ya he logrado y en lo que sé que voy a lograr. Lo visualizaré y me diré “lo voy a conseguir porque yo puedo con esto y con más”. Hacerlo tantas veces como nos sea necesario hasta sentirnos mejor y con más fuerza.

4. Llega un día en el que siento que no avanzo, que estoy estancado y que tengo que hacer algo diferente. Pues bien, pararemos y revisaremos el plan, quizás haya que modificarlo, cambiar alguna de las acciones, los tiempos, etc.

5. Si hay algo muy fuerte que me saque del mi plan de acción, es importante plantearse hasta qué punto éste es realmente el momento de querer llegar a la meta. Es algo muy común, las personas solemos comenzar a realizar algo sin habernos percatado de si es o no el momento adecuado. Podemos haber analizado todo, pero cuando verdaderamente se descubre si una persona quiere o no y dónde llega su nivel de compromiso, es en la ejecución de las acciones. Y si ahora no es el momento, lo será en un mes, en dos, en un año o nunca… quién sabe. Y recuerda, si nunca se llegara a ejecutar el plan de acción, podemos aprender mucho de ello, ¿no crees?.

En nosotros está lograr nuestro sueño, objetivo o meta, como queramos llamarlo, lo que sí es más que indispensable es querer lograrlo con todas nuestras fuerzas y con todo nuestro corazón, para que cuando nos pongamos a ejecutar las acciones, lo más importante, tengamos la energía suficiente para aguantar el tiempo necesario y requerido hasta lograrlo. Esto es clave.

Y para este post…maravillosa frase de Robert H. Schuller:

“Un logro espectacular esta siempre precedido por una preparación espectacular.” 

Cristina González Manzano

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El día después… Hora de poner las luces largas

Está claro que la actual pandemia nos dejará una gran cantidad de lecciones que con el pasar de los meses podremos ir analizando.

pensar

 Por otra parte, también tenemos que lidiar con el día a día, los problemas, las sorpresas, las necesarias improvisaciones e incluso la falta de visión de lo global y grave que es el problema. Aunque casi seguro que luego de estos pocos días que nos han parecido años, al menos las cosas principales las tenemos bajo control …o eso parece al menos. Es necesario ahora, sin que ello implique dejar el corto plazo, comenzar a poner las luces largas, pensar un poco, por ejemplo, en como será el día después de que esto pase, o si habrá día después, porque quizás su desaparición vaya siendo gradual, muy gradual. De esta batalla no habrá sector ni área de nuestra empresa que vaya a salir totalmente indemne, en mayor o menor medida todos han sido afectados. Puede que alguien nos diga, que primero hay que solucionar este momento y luego ya nos pondremos a pensar que será del futuro. En RRHH sabemos que la mejor arma que tenemos es siempre la proactividad, es tratar de adelantarnos a los acontecimientos y tomar acciones preventivas. Tal vez un buen ejercicio, sea el plantearse “escenarios”, es decir, imaginar con cierta lógica algunos de ellos y otros imaginarlos con ninguna lógica, ya que lo sabemos bien, es caprichoso el azar. No hay manuales, ni libros ni artículos especializados, el problema actual es único, diferente e impredecible. La ventaja de los escenarios es que, al menos, algunas de las cosas, ya estarán pensadas si terminan dándose en la realidad y eso siempre será de ayuda. También nos permitirá alinear algunas de las decisiones actuales. Si tuviéramos que categorizar los problemas, podríamos decir, de manera general, que nos encontraremos con tres tipos:

  1. Los problemas organizacionales. Como decíamos anteriormente, ningún sector estará no afectado, incluso pueden llegar cambios en los equilibrios de poder dentro de la misma organización, a lo cuales habrá que estar atento.
  2. Los problemas de las personas, sus comportamientos y actitudes. La lectura que cada uno de ellos haga de lo que, como organización hemos hecho durante esta crisis, de cuanto haya afectado y en que nivel de gravedad, a algunos de los miembros de los equipos, y el cambio del enfoque temporal o permanente que algunos puedan hacer de la forma de encarar la vida o el trabajo.
  1. El contexto: nada será igual del otro lado del túnel, el mercado, los competidores, el estado, los mensajes de los líderes internos o externos, etc.

Sólo por ir a un lugar común: “crisis y oportunidad”. La oportunidad, al menos por ahora, está en anticiparse en tratar de visualizar de alguna manera lo que nos encontraremos. 

Pasé por algunos golpes de estado, un par de saqueos de ciudades y una guerra. El punto crítico de los problemas y también de las soluciones serán las personas, sus comportamientos y actitudes, y ese es nuestro tema y al menos desde mi experiencia, siempre ha sido muy útil pensar y planificar escenarios posibles, así como caminos de acción ante ellos.    

¿Ponemos las luces largas durante un rato cada día?

Roberto Angrehs

www.linkedin.com/in/robertoangrehs